Bath está situada en el Suroeste de Inglaterra, en el condado de Somerset. Dista 156km. de la capital del país, Londres.
La
ciudad de Bath fue fundada por los celtas en el único lugar de
Inglaterra con aguas termales. Se desarrolló alrededor del culto a la
diosa de las fuentes, Sulis. Los romanos llegaron a la zona en torno al
43 d.C., y, siguiendo la costumbre romana, adoptaron el dios local a su
panteón. Por su similitud a la diosa romana Minerva, se instauró el
culto a Sulis-Minerva. Alrededor del 65 d.C. comenzaron a edificar un
templo y varias estancias termales alrededor del culto a la diosa,
dándole el nombre a la ciudad de Aquae Sulis. No hay evidencia de la
existencia de guarnición alguna en la ciudad, aunque sí se han
encontrado restos de las murallas romanas que la rodeaban. La romana
Aquae Sulis fue conquistada por los sajones en el 577 d.C.
El elemento diferenciador del Bath romano lo constituyen sus baños termales.
Tras la marcha de los romanos, estuvieron en el olvido durante varios
siglos, sepultadas por el paso del tiempo. No fue hasta 1878 cuando se
descubrió su existencia, permitiendo la curiosidad arqueológica del
momento su excavación y puesta al día. Los baños romanos se extienden
bajo el nivel del suelo actual. En su visita podremos contemplar los
restos existentes del complejo termal, el templo de Sulis-Minerva o el
museo de los baños. La fuente romana
estaba originariamente abovedada, aunque esta estructura se desplomó en
el siglo VI o VII d.C.; de ella emanan diariamente un millón de litros
de agua a una temperatura de 46º. Su destino es (y era) la Gran piscina,
revestida con láminas de plomo y, en tiempos romanos recubierta con una
bóveda de cerámica. Este espacio lo podemos contemplar también desde la
terraza, que cuenta con estatuas de emperadores romanos realizadas en 1894 con vistas a su inauguración en el año 1897.
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