Montes Wicklow

Wicklow Mountains es una cordillera situada al sureste de Irlanda, que ofrece paisajes fascinantes y bellos lugares como el lago Guiness o el místico pueblo de Glendalough

El lago Guiness es una de las mayores atracciones de Wicklow Mountains

Hacemos una parada ahora en uno de los lugares más bonitos de la capital irlandesa e incluso de todo el país. Un lugar que ha servido de escenario de algunas películas y que no podemos perdernos si tenemos la suerte de recorrer Irlanda.

Wicklow Mountains, o lo que es lo mismo, los Montes Wicklow, son una cordillera montañosa que se sitúa en el sureste de Irlanda, incluyendo las montañas que hay al final del suroeste de Dublín. Allí encontraremos las vistas más inolvidables de nuestra visita. ¡Tomad nota!

Muchos cineastas han aprovechado los bellos paisajes de Wicklow para rodar sus películas

Llegar por nuestra cuenta no es fácil a menos que cojamos un coche de alquiler. Hay un autobús que va directo y que sale de Dublín, pero no es especialmente barato. Una buena opción es acercarse a la oficina de turismo de Dublín y coger un paquete con una excursión contratada. Normalmente se visita Wicklow Mountains y también Glendalough, un pueblo maravilloso del que enseguida os hablaremos. En mi caso opté por uno que incluía estos dos lugares y también Kilkenny, un pintoresco pueblo. Esto puede salirnos por unos 28 euros.

El parque es realmente bonito y nos encontraremos en un paisaje típicamente irlandés. Este lugar se hizo bastante famoso a raíz de la película Postdata: Te quiero, donde aparecen varias escenas maravillosas de este lugar. En la famosa película Braveheart también encontraremos escenas grabadas en estas montañas. Es más, si contratamos una excursión guiada, será uno de los lugares que nos mostrarán. Wicklow es también la ciudad donde el escritor irlandés James Joyce estuvo por última vez.

El pueblo de Glendalough es una parada más que obligada si visitamos Wicklow Mountains

En la ciudad encontraremos muchos atractivos como el famoso Guiness Lake o Lago Guiness. No os precipitéis, el nombre no le viene porque sea un lago lleno de cerveza, sino porque lo parece. El color oscuro de sus aguas se parece al color de la Guiness, la cerveza negra más famosa de toda Irlanda. Cuenta la leyenda que el lago no es muy profundo porque en la Edad Media las mujeres embarazadas bebían de sus aguas porque son muy ricas en hierro.

Finalmente, no podemos perdernos la visita a Glendalough, ese pueblecito que mencionábamos antes y que es un lugar muy místico y con unos paisajes alucinantes. Allí nos encontraremos con un ambiente húmedo de árboles y lagos y un paisaje de ensueño que no olvidaremos jamás.

El nombre se traduciría como valle de los lagos. El pueblo tiene un conjunto monacal que fue creado en el siglo VI. El monasterio de Glendalough se convirtió en un centro muy importante de peregrinación tras la muerte de San Kevin, su creador. El pueblo sufrió varios ataques por parte de los vikingos, pero el peor fue por parte de los ingleses en el año 1398.

En el Lago Superior o Upper Lake encontraremos las mejores vistas de Glendalough

Algunos de los edificios que se conservan son el Gatehouse, un doble arco situado a la entrada del conjunto monacal; la torre cilíndrica de 33 metros de altura que se ha convertido en el emblema de Glendalough; y la Catedral, el edificio más grande que se conserva. Además, encontraremos iglesias como St Kevins Kitchem, la más importante; edificios en ruinas y oratorios que nos harán entrar en un ambiente muy curioso.

En el Lago Superior o Upper lake, el lago al que sólo se puede acceder en barca, encontraremos los mejores paisajes de Glendalough. Por sus alrededores se encuentran unas lápidas muy antiguas y cruces de piedra.

En Glendalugh encontraremos también muchas lápidas antiguas que aumentarán el ambiente místico del lugar

El Lago Inferior o Lower lake no cuenta con paisajes tan fascinantes, pero sí con los edificios más relevantes. Allí enconotraremos un cementerio que aún está en uso, la torre cilíndrica y las catedrales de San Pedro y San Pablo.

Nada mejor que una visita a Wicklow para entrar en el ambiente más irlandés. Es, posiblemente, la visita más agradable para aquellos que hemos tenido la suerte de estar en Dublín y puede serlo para aquellos que opten por ir. Sus paisajes de película llenarán nuestra cámara de fotos, de recuerdos maravillosos.