Torre Eiffel |
Diseñada para durar sólo 20 años, se salvó
gracias a los experimentos científicos promovidos por Eiffel y, en concreto,
las primeras transmisiones radiográficas, seguidas de las telecomunicaciones:
señales de radio de la torre al Panteón en 1898, sirvió como radio militar en
1903, primera emisión de radio pública en 1925 y después la televisión hasta la
TNT más recientemente.
Desde los años 80, el monumento ha sido
renovado, restaurado y adaptado regularmente para un público cada vez más
numeroso.
Con el paso de los decenios, la Torre Eiffel
ha visto proezas, iluminaciones extraordinarias, visitantes prestigiosos. Un
lugar mítico y audaz, que siempre ha inspirado a artistas y desafíos.
Es el escenario de numerosos acontecimientos
de relevancia internacional (encendido de alumbrados, centenario de la torre,
espectáculo pirotécnico del año 2000, campañas de pintura, destellos de luz,
torre azul para indicar la Presidencia francesa de la Unión Europea o
multicolor para sus 120 años, instalaciones insólitas como una pista de
patinaje, un jardín, etc.).
Es universal, como la torre de Babel, pues
cerca de 250 millones de visitantes, sin distinción de edad u origen, han
venido de todos los rincones del planeta para descubrirla desde su inauguración
en 1889.
Como todas las torres, nos permite ver y ser
vistos, con un ascenso espectacular, una panorámica única de París, un faro
resplandeciente en el cielo de la capital.
La torre también representa la magia de la
luz. Su alumbrado, sus destellos de luz y su brillante faro reavivan el sueño
todas las noches.
Símbolo de Francia en el mundo, balcón de
París, en la actualidad cuenta con casi 7 millones de visitantes al año (de los
cuales el 75% son extranjeros), lo que le convierte en el monumento de pago más
visitado del mundo.
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